El arte de pensar sin riesgos. Si no fuese por los caminos de emoción adonde el pensamiento conduce, el pensar ya se habría catalogado como uno de los modos de divertirse. No se invita a los amigos al juego a causa de la ceremonia que se cumple al pensar. El mejor modo es invitar sólo a una visita, y, como quien nada pide, pensar juntos , con el disimulo de las palabras. Esto, en tanto juego liviano. Pues para pensar en profundidad -que es el máximo grado del hobby - es necesario estar solo. Porque entregarse a pensar es una gran emoción , y solamente se tiene el valor de pensar delante de otro cuando la confianza es tan grande que no hay inhibición en usar, de ser necesario, la palabra otro . Además se exige mucho de quien nos ve pensar: que tenga un corazón grande, amor, cariño, y la experiencia de haberse entregado también a pensar . Se exige tanto de quien oye las palabras y los silencios -como se exigiría en el sentir. No, no es cierto. En el sentir se exige más. Buen