Dibujando el aire en un rostro
empieza la labor el ingenioso.
Soplando el aire al viento,
descubren briznas de placer.
Los hilos que tejen el final
sustraen la experiencia de un cuerpo inquieto.
Son las horas que caen como lluvia al romper el suelo.
Son las ilusiones y los miedos.
Son los libros apilados en el cielo.
Son...los aires mascados por la niña.