Son los objetos derivados del azar,
contorneados sin que ninguna sombra los adhiera.
Arrumados y congelados por el tiempo.
Se adueñan del rincón que día a día amasan;
sin luz, sin color, ni ápice de esperanza.
La iluminación evita el encontrarlos... los desprecia;
y de mi podría decir que nunca me abandonan.
contorneados sin que ninguna sombra los adhiera.
Arrumados y congelados por el tiempo.
Se adueñan del rincón que día a día amasan;
sin luz, sin color, ni ápice de esperanza.
La iluminación evita el encontrarlos... los desprecia;
y de mi podría decir que nunca me abandonan.